Cocinando

Me gusta cuando estamos solos, verte salir del baño o ir a la cocina, cubriendo sólo tu cabello, verte ahí desnuda preparando algo me abre el apetito.

Recuerdas hace 2 semanas cuando el niño estaba de vacaciones y nos quedamos solos, regrese del trabajo y así te encontré en la cocina, esa sonrisa maliciosa, esa marca que deja tu tanga que hace que tengas un bicolor en tus nalgas, todo era una invitación.

Me acerque a ti admirando todo tu cuerpo, desde tus pies hasta tus rostro, me arrodille tras de ti, separe tus piernas, tú, soltaste lo que tenías y me complaciste inclinándote sobre el lavabo, abrí tus nalgas y empecé a lamer tu culo, todo tu cuerpo olia a tus jabones, me ayudaste con tus manos separando tus nalgas, lamí alrededor de tu ano y después empecé a introducir un poco mi lengua que se deslizaba suavemente por tu dilatación, mis dedos se hundieron en tu sexo mojado, empezaste a escuchar tus gemidos, mis dedos cada vez se hundían más dentro de ti, tus dedos que acariciaban a mi lengua y tu culo a la vez.

Te incorporaste de golpe, no me diste tiempo de reaccionar, me tomaste del cabello y me levantaste, me besaste abriendo tu boca y pidiendo mi lengua, la chupaste, mordiste y jugaste con ella, después te arrodillaste y quedaste frente a mi, me desabrochaste el pantalón y mi verga quedo a tu disposición, no hubo preámbulos, la devoraste hasta donde pudiste, mamabas desesperada, vi tu mano jugando con tu sexo, tu cuerpo se contorsionaba, lamias desde mis huevos hasta la punta y luego la volvías a devorar, mójame, ese grito/suplica me desbordo, me vacié en tu rostro y pecho, tú seguías masturbándome y gritando, terminamos juntos, nos quedamos cada uno en su posición, mirándonos.

No, nos aseamos así seguimos 2 horas más en la cocina, desnudos y acariciándonos despacio.