25.4.07

Relax

Ésta semana ha sido y será muy agitada, posiblemente nos tomemos unos días para cumplir con deberes, quehaceres, pasiones y relajarnos. No nos olviden en unos días volveremos.




Nosotros seguiremos visitándoles, leyéndoles, mirándoles y por supuesto, excitándonos con sus texto.
Besos desde nuestra intimidad.

23.4.07

Espectador

Tu juego de provocación continuó, tu bata era discreta pero tus movimientos eran sensuales cada vez que me veías me sonreías de una forma que me dejaba adivinar una invitación para algo más, después de comprobar que los niños dormían, te espere en la recamara.

Mientras hacia unos apuntes, tú entraste, tu sonrisa y tu mirada delataban fuego, perversión, me sentí inquieto y cuando me levante de tu silla para ir a tu encuentro, me detuviste en seco y me dijiste, aun no, con movimientos calmos y felinos subiste a la cama, empezaste a dar vueltas en ella como una felina encerrada, lo diminuto de tu bata negra me deja ver que no llevabas ropa interior, por el aroma y algo de brillo que notaba en tu sexo, supe que estabas mojada y que comenzaba a brotar de tus labios ese líquido que tanto me gusta beber.

Te arrodillaste en la cama mientras me mirabas fijamente, comenzaste acariciar tu cara y algunos de tus dedos paraban en tu boca que los lamía y chupaba de forma golosa, sucia, las manos siguieron por tu cuello, tus hombros y finalmente tus pechos, los acariciabas sobre la fina tela que los cubría, los apretabas con fuerza, de forma salvaje, la mueca de dolor y satisfacción que se dibujaba en tu cara era provocadora, mi pene estaba completamente erecto y lo acariciaba por encima de mi boxer, una de tus manos siguió su camino a través de tu vientre, la otra fue a tu cara, los dedos a tu boca, chupabas 2 y en momentos hasta 3, cuando cerraste tus ojos y gemiste adivine que varios de tus dedos ya estaban dentro de tu sexo, sé que los habías hundido de golpe, sin preludio alguno, cuando sacaste la mano de entre tus piernas, pude ver lo mojado que estaban 2 de tus dedos, me levante para lamértelos, pero de nuevo me indicaste que permaneciera sentado.

Te despojaste de tu bata y vi como tus pechos estaban rojos por como te habías tocado, tus pezones erectos, así de rodillas como estabas quedaste desnuda, pero esta vez separaste tus piernas, me mostraste tu sexo, brillante, tus labios inflamados, volviste a tu juego, unos dedos en tu boca y otros en su sexo, tu mirada siempre encima de mi, satisfaciéndote de cómo me tenías, nuevamente tus dedos estaban empapados por tu saliva y tus juegos, me los volviste a mostrar y luego los llevaste hasta tus pezones, los cuales quedaron mojados por tus fluidos y tus dedos empezaron a jugar con ellos, primero fueron caricias suaves, los frotabas con y entre tus dedos, después esas caricias se hicieron más fuertes, empezaste pellizcándolos, tu cara mostraba lo que sentías, después los estirabas fuertemente, la combinación visual y auditiva que me dabas fue fascinante, esos gritos que de dolor / placer, esa expresión en tu cara, todo era una mezcla erótica y salvaje.

Te dejaste caer de espaldas y abriste las piernas, soltaste tus pezones y empezaste a frotar tu sexo, no fue mucho el tiempo que lo hiciste cuando comenzaste a gemir profundamente y contorsionarte y por fin a gritar, abrías y cerrabas las piernas con fuerza, después dejaste tu sexo y llevaste tus manos a tu pecho y boca, chupabas tus dedos empapados de ti, yo estaba hipnotizado con aquella escena, no me movía, había dejado de tocarme y solo te miraba, miraba como estabas dándome aquella muestra de autosatisfacción.

Una vez que habías limpiado tus dedos con la boca y habías mojado tu pecho, flexionaste tus piernas hasta poner las rodillas contra tu pecho, te ayudaste con una mano sujetándolas, pude ver tu sexo y tu culo empapados, volví a levantarme para ir contigo, pero me volviste a decir que no, con tu mano libre, buscaste tu culo y tus dedos empezaron a acariciarlo, tus gemidos y la presión de tus dedos en él, me hicieron saber que lo disfrutabas, poco a poco empezaste a hundir uno de tus dedos, que siguió haciendo círculos dentro de ti, tu excitación era tal, que cuando busque tu cara, miré como te lamías las piernas, tu dedo dejo de hacer círculos y empezó a entrar y salir de tu culo, tu cuerpo también lo movía buscando mas placer, en esa búsqueda llevaste otro de tus dedos que para mi excitación se deslizo dentro de tu culo sin dificultad, tus 2 dedos entraban y salían de tu culito abierto entre tus gemidos y mis suspiros, no pude evitar sacar mi pene y empezar a masturbarme, cuando viste que lo hacía dijiste, no, no hagas eso, entra en mi.

Subí a la cama y coloque la punta de mi pene en tu culo y al empujar un poco, reaccionaste y me dijiste, no por ahí no, entonces te giraste y me ofreciste la visión de tus nalgas y tu espalda, empuje y entre sin dificultad en tu sexo empapado, me pediste que me quedara quieto y tú empezaste a moverte, tu velocidad aumento y sentí como bañabas mi pene que tu orgasmo, no te detuviste y continuaste moviéndote, perdí la noción del tiempo de cuanto tiempo continuaste con ese ritmo, a pesar de tener los ojos abiertos había momentos en que no veía, solo reaccione cuando te escuche decir, explota, explota ya, contrajiste tus paredes y succionaste aun más mi pene, que empezó a explotar dentro de ti, tú también lo volviste a hacer en un orgasmo profundo y lento, los 2 terminamos juntos.

Te dejaste caer en la cama, completamente agotada, tu espalda estaba sudada, yo seguía dentro de ti, me moví un poco, pero solo exclamaste en voz muy baja, ya no.

Me dedique a acariciar tu espalda, tus nalgas, tus piernas, así continué hasta que nos metimos a bañar, donde te enjabone y enjuague bien, sin dejar lugar alguno, después te arrope y te lleve a la cama a que descansaras, tu dormiste profundamente, pero yo aun seguía aspirando el aroma que habías dejado ahí, disfrutando del recordar lo que hacía algunos minutos me habías ofrecido.

19.4.07

Recompensa

Inesperada, así puedo definir la manera en que te encontré anoche que llegue a casa, en la tarde cuando recibí tu llamada para decirme que ibas a casa de tu mamá, me quede con la idea de llegar y encontrar la casa sola, me dije una copa o una cerveza leer un poco y esperar a que regresaran.

Cuando llegue y mire tu auto en dentro, me pareció extraño, pero más extraño no ver a los niños jugando en el jardín o los gritos de emoción desde su cuarto por estar ganando en el video-juego, todo estaba demasiado tranquilo.

Al entrar y llegar a la sala te vi, ofreciendo tu cuerpo, tu sexo, me dijiste "no digas nada, desnúdate y ven" solté todo cuanto llevaba, me desvestí rápido y me acerque a ti, "métemela" escuche, "no, no, no le pongas saliva, ya estoy muy mojada", me acomode entre tus piernas y mi pene entro hasta el fondo sin dificultad, empecé a bombear en ti sin dejar de mirar esa cara de excitación que tenías, como me mirabas, como te mordías los labios.

Tú gemir se hizo más intenso con cada envestida de mi pene en tu mojado sexo, tu néctar me empapo y se derramaba de ti y mojaba todo, cuando aprisionaste mi cuello con tus pies y apretaste tu sexo aprisionado mi pene dentro de ti, sentí como te desbordabas entre gemidos y gritos que pedían mi leche, el escucharte me hizo explotar en ti, mezclando nuestros fluidos.

Así nos quedamos un rato unidos, sintiendo como nos relajábamos poco a poco, una vez todo tranquilo, nos dimos el beso del saludo, después te levantaste y sin vestir nada, así desnuda fuiste hasta la cocina y regresaste con una cerveza y una copa, después de haber bebido, trate de empezar el juego nuevamente pero te levantaste.

¿Qué paso? pregunte , fue tu recompensa por anoche dijiste y te retiraste sonriendo diciendo, vamos a bañarnos porque tenemos que ir por los niños con mamá.

18.4.07

Zapatos Nuevos...
















Anoche llegue sediento de tu cuerpo, pero me dijiste fui de compras, por favor solo dame un masaje y muchos besitos, te complací y mientras lo hacías te quedaste dormida.

17.4.07

Para él, para mi.


























Para él mamá, para mi esposa, amante, amiga, cómplice.....

16.4.07

Desayuno

No, ésta mañana no te levantes, no hagas ese bello ritual, deja que te contemple ahí acostada, deja que recuerde que bajo la sábana está tu cuerpo desnudo.

Cómo sabes el solo recordar tu cuerpo desnudo hace que me excite, ahora el verte ahí, sabiendo que no me negaras el placer de acariciarte, de sentirte, de aspirar tu aroma, de probar tu néctar.

















Sí, quita esa sábana, deja que te contemple, sabes que no puedo resistirme y aun más cuando abres tus piernas y te me ofreces por completo, ésta mañana tengo ganas de desayunar tu sexo, deja que mis manos te abran para que fluya más tu néctar, que tu esencia inunde este cuarto.

Primero mis dedos, luego mi lengua, luego ambos, al final tu estremecimiento, tu orgasmo. Buenos días amor.

13.4.07

Caricia

Recuerdo la primera vez que vi que te acariciabas, fue una tarde después de regresar del trabajo.

Entre en la casa y pensando que estabas en la ducha deje mis cosas y camine a nuestra recamara, estaba un poco abierta la puerta y pude escuchar algo como un gemido, me acerque cauteloso y pude ver la más erótica imagen que recuerdo, tú desnuda, sentada en tu silla favorita cubierta por una tela, tus dedos se deslizaban delicadamente sobre tu sexo, lo acariciaban, tus pezones estaban erectos demostrando la excitación que tenías en tu cuerpo, tu cabeza echada atrás, tus ojos cerrados, tus piernas abiertas, toda tú eras un obra de arte erótico y yo escondido, agazapado tras la puerta con una erección que no podía, pero me contuve para no reprimir aquel bello acto que hacías en ti misma.

Cuando tu cuerpo empezó a contorsionarse y tus gemidos ya no los reprimiste más, vi como solo 1 de tus dedos lo hundiste en ti, parecía que los dedos de tus pies buscaban algo que arañar, ese orgasmo que te provocaste hizo que gritaras de excitación y también que trataras de callarte a ti misma mordiendo tu otra mano, después de unos momentos quedaste quieta, con los ojos cerrados, el cuerpo relajado.

Me retire en silencio y volví a la entrada, grite desde allá que había llegado y continué mi camino a nuestra recamara, cuando entré y te llame, me dijiste estoy en la ducho en un momento salgo, ese tiempo que tardaste en salir me permitió disfrutar del aroma que habías dejado, de tu aroma.